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El riesgo es inminente: alertan sobre crisis energética y falta de gas en Colombia

La advertencia la hicieron dos exministros reúnidos en Medellín

La seguridad energética del país está en riesgo. Así lo alertaron los exministros de Minas y Energía, Amylkar Acosta y Tomás González, durante un reciente encuentro en Medellín, donde expusieron con preocupación el impacto de las decisiones regulatorias, el rezago en proyectos clave y el debilitamiento de la inversión privada. Aseguraron que Colombia enfrenta una amenaza real de racionamientos eléctricos, especialmente en la región Caribe, donde los cortes “por mantenimiento” esconden una demanda insatisfecha. La situación, dijeron, podría escalar y afectar también al centro del país.

El exministro Acosta fue enfático al señalar que la actual subasta de expansión eléctrica podría fracasar por la incertidumbre regulatoria. A su juicio, la resolución de la CREG que fija precios diferenciados según tecnología no ofrece garantías para los inversionistas, y con un riesgo de fracaso superior al 60%, el tiempo para corregir sería escaso. Advirtió también que los atrasos en las líneas de transmisión —como las que conectan Hidrosogamoso con Chivor— podrían dejar sin energía proyectos estratégicos como el metro de Bogotá y el Regiotram.

Por su parte, Tomás González, quien hoy dirige el Centro Regional de Estudios Energéticos, puso sobre la mesa las consecuencias ya visibles de la falta de capacidad de conexión: centros comerciales obligados a instalar plantas de diésel y proyectos de vivienda estancados por la imposibilidad de garantizar suministro. “Eso es demanda no atendida”, dijo con firmeza. Según datos de XM, la estrechez del sistema se agravaría a partir de 2027 y, si las lluvias fallan, en 2028 no se garantizaría el abastecimiento.

La situación del gas natural no es más alentadora. González calificó como “ilusoria” la posibilidad de importar desde Venezuela en el corto y mediano plazo. Con un déficit actual del 12% que podría empeorar en 2026, urgió a priorizar proyectos costa afuera y la expansión de plantas de importación. Y al panorama técnico, se suma lo financiero: deudas que superan el billón de pesos con generadoras térmicas amenazan con desencadenar una cadena de insolvencias. El mensaje final fue claro: sin decisiones urgentes, técnicas y sostenidas, Colombia podría enfrentar un doble apagón: energético y financiero.

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