Medellín

El dios Apolo con sombrero vueltiao, audífonos y gafas aterrizó en la Comuna 13

Jóvenes crearon escultura gigante con reciclaje y tecnología 3D

En una terraza de la Comuna 13, donde el arte callejero ya hace parte del paisaje cotidiano, un nuevo símbolo se alza hacia el cielo: una escultura monumental de más de 7 metros de altura que mezcla mitología, música urbana y tecnología de punta. La crearon jóvenes estudiantes de Ingeniería Mecatrónica del ITM y un artista plástico emergente. El resultado es un dios Apolo con sombrero vueltiao, audífonos y gafas que proyectan arte. Sí, como lo lees: arte hecho con alma, conocimiento y media tonelada de plástico reciclado.

Esta megaobra, instalada en el restaurante Meraki, no nació en un laboratorio ni en un taller exclusivo. Surgió del cruce entre el saber universitario y la sensibilidad artística de Romeo Parra, un joven creador que creció entre beats de reguetón y tradición colombiana.

“Todo empezó cuando mi primo Maluma firmó con la disquera de mi padre. Fue entonces que empecé a estudiar y entender la cultura del reguetón y la música urbana de Medellín y Colombia. La escultura es un homenaje al logo de la disquera: el dios Apolo escuchando música con audífonos. Para representar nuestra cultura tradicional, le añadí un sombrero vueltiao. Además, le puse unas gafas que son dos pantallas para proyectar contenido audiovisual relacionado con el arte en la Comuna 13”, manifestó Romeo Parra, diseñador artístico del proyecto.

Más de 2.500 piezas impresas en 3D, 1.500 horas de trabajo y toneladas de pasión se necesitaron para hacer posible esta escultura mecatrónica —la primera en su tipo en Medellín—, gracias al respaldo de la marca internacional Creality y al talento local de D3House. Los jóvenes no solo imprimieron en alta gama, también resolvieron complejos desafíos estructurales, demostrando cómo la ingeniería puede hacer arte… y cómo el arte puede hablar de nosotros.

“Lo más gratificante de este proyecto es que unió a una empresa local con una extranjera, la cual nos dio acceso a su tecnología 3D para crear esta megaescultura. También se sumaron emergentes como Romeo. Pero lo más importante de todo es que un grupo de jóvenes, con un promedio de 20 años, le estamos entregando a la ciudad la primera escultura mecatrónica en la Comuna 13. Agradecemos a la universidad por habernos formado y ser parte de este maravilloso proyecto”, afirmó Alejandro. Londoño, estudiante de Ingeniería Mecatrónica del ITM..

Lo que empezó como un experimento universitario, hoy se convierte en un mensaje poderoso: Medellín no solo exporta talento musical, también ideas transformadoras que mezclan reciclaje, arte y tecnología con amor por lo propio.

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