Opinión

Volver a lo que siempre fuí

Información actual, historias reales

Medellín, 21 de abril de 2025

Inicio con esta fecha porque quedará guardada en mi memoria como el día en que retomé una pasión que corre por mis venas desde hace más de dos décadas. Dos años después de salir del colegio, conocí por primera vez un canal de televisión. Pese a que no me gustaban las fotos y prefería la radio, no se trataba de lo que yo quisiera, sino de lo que el universo ya tenía predestinado para mí.

Hacer periodismo en el contexto actual es, sin duda, una pasión que se lleva en la sangre. Es sentir ese agite en el pecho cuando algo ocurre y quieres llegar pronto al lugar de la noticia, o necesitas saber más. Es vivir contra el reloj y aprender con cada hecho que registras, para luego contarlo —no de cualquier manera— sino de forma responsable, rigurosa y, sobre todo, respetuosa.

No sé si todos los que ejercemos el periodismo realmente vibramos con esta labor. Desde que la Sentencia C-087 de 1998 declaró inconstitucional la tarjeta profesional de periodista por atentar contra el artículo 20 de la Constitución, cualquier ciudadano puede desempeñarse como periodista sin acreditarse para ello. Es una realidad algo triste, porque costear una carrera, dedicar tiempo y esfuerzo para obtener un título profesional no es tarea fácil.

Lo digo por experiencia propia. Me gradué como Comunicadora Social de la Universidad Católica del Norte. Hice una carrera totalmente virtual, cuando esa metodología aún no era tan cercana como lo es hoy. Estudiaba a mi ritmo, en las noches, porque trabajaba para poder pagarla. Siempre digo que fue la carrera más larga de la historia: me tocó un cambio de pénsum y casi que volver a ver materias. Pero, poco a poco, lo logré. Me gradué. Aun así, nunca me he sentido Comunicadora Social… siempre he sido, y seguiré siendo, una periodista de campo; de calle; de estar aquí y allá.

Año 2005, llevaba dos años de haber iniciado mi vida laboral. Aún recuerdo mi primera nota en televisión: no podía creer que lo que veía en la pantalla era producto de mi trabajo, y que mi voz se escuchaba así de profesional. (Muy egocéntrica yo, pero así lo sentí). Era la tarde del 6 de octubre cuando una llamada nos hizo prender las alarmas: había una emergencia por la creciente de la quebrada El Barro, en el sector El Salado del municipio de Bello. Once casas fueron arrasadas y 41 personas perdieron la vida. En mi mente están intactas las imágenes, tanto nocturnas como las del día siguiente, cuando en la zona había un panorama desolador. Aún se me aguan los ojos al recordar el paso de un bombero con el cuerpo de un bebé en brazos.

Ese fue mi primer cubrimiento, y uno de los más dolorosos. Esa noche, sentados en un andén, esperamos hasta cerca de la medianoche la llegada del presidente de Colombia (no diré su nombre, porque es más que obvio). Yo, una niña apasionada por lo que hacía, estaba conociendo a los corresponsales de medios nacionales. Recuerdo que Óscar Montoya, en ese entonces en Caracol Televisión, me prestó su chaqueta para cubrirme del frío. Siempre todo un señor. Pero no solo eso: estaría allí, en una rueda de prensa con el presidente. En medio de la tristeza, era algo que jamás pensé vivir.

Así comenzó una carrera que me hice a pulso. Ese fue el primero de muchos cubrimientos, algunos no tan dolorosos. Recuerdo cuando, iniciando en RCN Televisión, me enviaron a cubrir el inicio de las obras de Hidroituango. Hoy no identifico esa vía de ingreso por donde pasamos con botas y casco, acompañada de Larita, el conductor, y de Sergio Góez, un productor de televisión enorme, que me acompañó y aconsejó durante los cuatro años que estuve en el canal. Fue mi guía.

Luego mi vida dio un giro. Me fui a otro lugar y tuve que seguir aprendiendo: de la virtualidad, del manejo de WordPress, de publicaciones en redes… de todo un poco. Pasé por varios medios, de todos aprendí, y en todos crecí como persona.

Fueron 20 años de trabajo ininterrumpido, aprendiendo en cada paso. En marzo de 2024, esa vida de ruedas de prensa, corre-corre por las emisiones y estudio de libretos para presentar sin errores, hizo una pausa. En mi cabeza tenía claro que no volvería a los medios. Pero el universo me volvió a llamar. Y aquí estoy otra vez, vibrando con cada noticia, queriendo empezar de nuevo, retomando una pasión que, aunque quisiera, no puedo dejar de lado.

El 21 de abril de 2025 nació una apuesta que espera crecer. Sé que no es fácil. Cada día nacen más medios, las redes sociales toman más fuerza, el amor por la lectura es menor, el amarillismo marca tendencia, y lo social no vende. Pero también sé que es necesario generar espacios de verdad y de historias reales y cercanas, esas que piden a gritos ser escuchadas y que, por no estar en boca de personas famosas, muchas veces son ignoradas.

Esta es, sin duda, una llave que abrirá puertas. Una llave que trabajará en equipo para hacer un periodismo claro y real, que le apuesta a construir ciudadanía y a promover la equidad.

Llave Informativa. Noticias actuales, historias reales.

Diana Jaramillo Posso / Creadora Llave Informativa

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